Siglos I y II
«Villas Romanas y Condoma de Lucentum»
Texto elaborado por: Verónica Quiles López
Nuestro territorio se ha caracterizado por ser un espacio árido con marcada escasez de agua por lo que desde que se asentaron los primeros hombres en nuestras tierras, la búsqueda del agua ha sido una constante. En los orígenes del antiguo municipio lucentino, ubicado en la zona de la Albufereta de Alicante junto a la desembocadura del barranco de Maldo, los romanos asentaron elegantes villas por el litoral para el uso y disfrute de los señores. En estas grandes extensiones de tierra, cultivan cereal, olivo y viñas y, además, producen aceite y vino, como lo atestiguan las fuentes arqueológicas.
Viñedos en el Monnegre d’Alt. 2021. | Campos de olivos. Huerta de Alicante. 2021. Imágenes de Verónica Quiles
El ager de Lucentum sería el espacio que quedaría entre la Vía Dianium y la costa hacia la zona del cabo, llamada la Condoma. Es el campo de la ciudad romana de Lucentum, donde se abastecen de manantiales que sangran en la propia Albufereta, y para las zonas más alejadas del mismo, utilizan canales y balsas para embalsar las aguas de los barrancos próximos. Además, de buscar aguas más arriba siguiendo el cauce del Monnegre hasta la fuente Alcornia, kilómetros al interior, encontradas en el término municipal de Tibi. Allí pueden observarse las infraestructuras hidráulicas romanas desde la base del Pantano renacentista del siglo XVI que tendría su desembocadura en los campos de las villas romanas mencionadas, a través de la Acequia de los Enamorados, nombre que nos ha llegado hasta nuestros días. Este acueducto serpenteaba y saltaba los desniveles siguiendo el curso por el cauce del río Monnegre y luego, desviadas posiblemente por el barranco del Juncaret llegando hasta el litoral.
Las fuentes arqueológicas han registrado que en la zona de la Condomina y Albufereta, donde antes existió una villa romana, con el paso del tiempo el mismo solar será ocupado por una alquería, casa-torre o finca de labor, es decir, existe casos de su pervivencia en espacios habitados casi de forma ininterrumpida. Ejemplos bien documentados tenemos en las siguientes torres defensivas como Santiago, Castillo, Reixes, Bosch, Fabián o Guixot y las fincas Canicia, Sereix…. La aportación de nuevos estudios arqueológicos, filológicos e históricos afirmarán o no esta hipótesis de trabajo, que nos ayudará a reconstruir el paisaje cultural de la Huerta de Alicante.
El Tossal de Manises es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de la Comunidad Valenciana. En el término de Alicante, en el barrio de La Albufereta, se encuentra el solar de una fortificación erigida en el marco de la II Guerra Púnica, que enfrentara a Carthago y Roma en suelo hispano, y de la ciudad romana de Lucentum, la antigua Alicante de los siglos I y II d. C., destaca por ser una de las pocas ciudades romanas bien conocidas, al no tener construcciones posteriores que la afecten. Se localiza en la parte superior del monte Tossal junto al mar -que alcanza los 38 metros de altura- a 3,5 km del centro de la ciudad moderna.
En la actualidad conserva íntegra toda la superficie urbana, alrededor de 25.000 m², encorsetada por una muralla cuyo perímetro mide unos 600 metros aproximadamente. Tras el abandono y deterioro de la antigua ciudad romana, se instalará siglos más tarde, en un área del yacimiento, una maqbara o cementerio islámico de los siglos del VIII al X.
Desde las primeras excavaciones, realizadas a finales del s. XVIII por el terrateniente Antonio Valcárcel, Conde de Lumiares, pasará tiempo hasta que, en los años anteriores a la Guerra Civil, gracias al concurso de la Comisión Provincial de Monumentos, José Lafuente y Francisco Figueras pudieran practicar nuevas excavaciones. En los años sesenta del s. XX, la avidez urbanística amenazaba el yacimiento, pero la arqueóloga sueca afincada en Alicante, Solveig Nordström, salvó el yacimiento y fue declarado como Monumento Histórico-Artístico en 1961 por el Ministerio de Cultura, que abrió un proceso que finalizará en la expropiación a los propietarios particulares del área hoy conservada.
Otro emplazamiento de gran interés patrimonial es sin duda la Illeta del Banyets, ubicada en el vecino término municipal de El Campello, junto a la torre renacentista, ha sido el lugar idóneo para la vigilancia del tránsito marítimo y el control de las rutas comerciales y los recursos marinos. Su posición es estratégica dentro del tramo de costa que se extiende desde la Serra Gelada hasta el cabo de las Huertas. Por esta razón, numerosas culturas la han ocupado de forma discontinua, desde el Neolítico hasta la época romana donde se construyó una villa de las mencionadas por todo el litoral. Los restos que conserva en su subsuelo constituyen un patrimonio fabuloso, imprescindible para incrementar los conocimientos sobre cada uno de los pueblos que se asentaron en ella.
Illeta del Banyets. MARQ | Baños de la Illeta. MARQ
Toda esta riqueza patrimonial propició que en 1978 el yacimiento fuera declarado Conjunto Histórico-Artístico y Arqueológico y cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). El paisaje cultural de este yacimiento arqueológico y los terrenos aledaños con muestras de un importante legado cultural, representado por los restos de un poblado argárico perteneciente a la Edad de Bronce, la necrópolis y los alfares de época ibérica, los viveros de pescado romanos así como una torre-vigía renacentista, también declarado BIC. Al conjunto se suma, asimismo, el legado etnológico que suponen las antiguas cuevas de pescadores y su rico patrimonio inmaterial con leyendas en torno a la reina mora o el arraigo del paraje en las fiestas locales de Moros y Cristianos.